Veloz entretenimiento totalmente efectivo y atrapador con un interesante desarrollo que muestra de como pueden (o son) los espías actuales dirigida por el fallecido trágica mente generador de unos cuantos de los mejores éxitos en acciones fílmicas de estas últimas décadas, Tony Scott. Brad Pitt y Robert Redford se reparten los papeles estelares en acción, trama y la supuesta lógica del control sobre una acción fallida del agente de campo y el ingenio indicador de jefe de sección de la agencia de inteligencia norteamericana para su salvamento. Hay poca acción aunque la que hay deja se deja notar, no hay armas última generación ni "gadgets" a lo James Bond, pero se ve la modernización tecnológica actual, ni hay malos a quienes matar... solo es una película de relaciones de compañeros del espionaje que se le añade un cierto sentimentalismo. Film para fans de emociones nuevas que deja satisfecho.
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Robert Redford, Brad Pitt y Tony Scott durante el rodaje. |
La película tuvo críticas generalmente positivas convenciendo en taquilla, engrosando más de $62 millones en Estados Unidos y llegando a la fecha de 2009 con un total de $143 millones.
Su filmación fue localizada en lugares tan diferentes como Hong Kong, Marruecos, Hungría, Inglaterra y Estados Unidos.
(125' - Beacon Pictures/Universal Pictures - EE.UU.) - Sinopsis: En 1991, el penúltimo día en que el experimentado agente jefe de la C.I.A., Nathan D. Muir (Robert Redford) tiene que jubilarse definitivamente, recibe la noticia que un antiguo agente suyo Tom Bishop (Brad Pitt) ha sido hecho prisionero por espionaje por intentar rescatar a una mujer inglesa en una prisión en China, días antes de la visita del presidente de los Estados Unidos para una firma de un acuerdo comercial entre los dos países, y que en el plazo de 24 horas Bishop será ejecutado.
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Robert Redford preparando el plan de escape |
Muir, será reunido con sus correligionarios de la C.I.A. para poder sonsacarle información sobre Bishop, al que han decidido dejarlo morir, únicamente para cumplir diplomáticamente con su consciente desentenimiento de tener un agente en China y archivar delicadamente un posible problema político. Muir, informará muy perspicazmente de como recluto y de la valía de Bishop, al tiempo que este es torturado en la sucia cárcel oriental. El viejo agente, astutamente urdirá un plan para poder rescatar a su ex-discípulo sin que nadie ni nada pueda saberse realmente en la mesa de los altos ejecutivos de la agencia. Su último día de trabajo será, quizá, otro de los más intensos.